Exactamente un mes sin publicar una entrada. Y no precisamente por falta de material. Tenemos muchas cosas ricas para compartir con tod@s vosotr@s almacenadas en el disco duro. Pero el ritmo de vida que nos ha tocado delimita las 24 horas del día con precisión quirúrgica.
Pero vamos a lo que vamos. A las ancas de rana que hoy nos ocupan.
Buscando otro producto en una tienda de congelados tropecé con una bandeja de ancas de rana que llamó de inmediato mi atención. Las ancas de rana son unas perfectas desconocidas tanto para Pi como para el que suscribe, así que me hice con ellas e investigué un poco.
Según pude leer “Su delicado sabor recuerda a la carne de pollo” ¿Pollo? ¡Chilindrón!
Es la primera vez que las probaba, así que desconozco otras fórmulas. Pero con un chilindrón quedan realmente ricas. Espero y deseo que sean de vuestro agrado.
INGREDIENTES (Para 4 personas):
- 20 ancas de rana
- 1 cebolla
- 1 pimiento rojo
- 1 pimiento verde
- 2 dientes de ajo
- 200 ml. de tomate triturado
- 100 gr. de jamón serrano en daditos
- ½ vaso de vino blanco
- 4 huevos de codorniz (opcional)
- Aceite de oliva, harina, sal y pimienta negra.
ELABORACIÓN:
Troceamos la cebolla, el pimiento rojo y el pimiento verde a nuestro gusto. Personalmente, en este tipo de salsas me agrada notar la verdura, así que no las troceé demasiado finas. Pelamos y laminamos los dientes de ajo y salteamos la verdura en un wok o similar junto a un chorro de aceite de oliva. Puesto que vamos a añadir jamón serrano y además la salsa necesita reducción, es prudente corregir el punto de sal y pimienta en los últimos minutos de cocción.
Cuando la verdura esté aún algo tiesita agregamos el vino blanco, el jamón serrano y el tomate triturado. Bajamos el calor y dejamos cocer suavemente hasta que la salsa adquiera una textura de nuestro agrado. Es ahora cuando rectificamos de sal y pimienta, mantenemos al fuego un par de minutos más y reservamos al calor.
Enharinamos las ancas de rana (que habremos puesto a descongelar en el frigorífico la noche anterior) y las sacudimos para eliminar el exceso de harina. Las vamos friendo por tandas en abundante aceite caliente. No necesitan excesiva cocción. Un par de minutos por cada lado serán suficientes. Las vamos retirando sobre papel absorbente.
Servimos calentitas acompañadas de la salsa chilindrón, pan y, si os place, de unos huevos de codorniz fritos para dar sabor y color al plato.
¡Y a disfrutar!
SINANIMUS MOLESTANDI:
Por lo que he podido recopilar, las ancas de rana suelen prepararse empanadas, rebozadas, guisadas o al horno. Cualquiera que sea el método que empleéis para su preparación os sugiero acompañarlas con salsas y/o guarniciones con carácter, ya que de por sí son bastante insípidas.
Su curiosa presencia y tamaño las hacen ideales para la elaboración de tapas. Se me ocurre –tarde, pero se me ocurre- colocar sobre una rebanada de pan tostado una cucharada de chilindrón, luego un huevo de codorniz y coronar con un anca de rana frita.
Las ranas son consideradas especie protegida. Las que podemos adquirir en el mercado se crían para tal fin y se comercializan ya limpias y listas para su consumo.
Las ancas son la única parte comestible de la anatomía de estos saltarines anfibios. Como curiosidad están consideradas “alimento tabú” en Estados Unidos, Inglaterra y por el Judaísmo.