Recuerdo, de muy chico, a una mujer que tenía un pequeño puesto a las puertas del mercado del barrio. Vendía prensa, las revistas de mayor difusión y algo de repostería. Yo siempre quería bombas. Si eran de nata o crema dependía del pie con que me había levantado esa mañana.
Mientras desempolvaba (y ojeaba de paso) libros de las estanterías di sin querer con la receta. Ilusionado me metí, nunca mejor dicho, en harina y fui inmediatamente devuelto a mi más tierna niñez.
Eso sí, ahora sé por qué les llaman bombas.
INGREDIENTES (Para unas 8 unidades):
De la masa de las bombas:
- 200 gr. de harina
- 100 gr. de mantequilla
- 1 sobre (16 gr.) de levadura química
- 4 huevos mas las claras sobrantes de la crema pastelera
- 50 gr. de azúcar
- Azúcar glass
- 1 cucharadita rasa de café de sal
De la crema pastelera:
- 250 ml. de leche
- 2 yemas de huevo
- 50 gr. de azúcar
- 25 gr. de harina de maíz
- 25 gr. de mantequilla
- Vainilla
- 2 láminas de cáscara de limón
Además:
- Nata montada y azucarada (chantilly)
ELABORACIÓN:
Empezaremos, como siempre, con lo que más tarda. En éste caso la masa de las bombas.
Arrimamos a fuego lento una cazuela con la leche, la mantequilla y la sal. Mezclamos la harina con la levadura y la volcamos en la cazuela con la leche cuando ésta comience a hervir. Trabajamos enérgicamente la masa con una cuchara de palo y cuando se despegue con facilidad de la cazuela retiramos del fuego.
Batimos los huevos junto a las dos claras que nos sobrarán de la crema pastelera. Añadimos el azúcar y seguimos batiendo. Incorporamos los huevos a la masa hasta que queden todos los ingredientes integrados. Dejamos reposar esta masa una hora más o menos.
Entretanto preparamos la crema pastelera.
Batimos en un bol las yemas de huevo junto a los 50 gr. de azúcar.
Calentamos la leche (reservando 3 ó 4 cucharadas) a fuego lento e infusionamos en ella la vaina de vainilla y la corteza de limón. Disolvemos la harina de maíz con la leche reservada fría y agregamos la mezcla a la infusión de leche cuando hierva. Removemos.
Retiramos la vainilla y el limón y añadimos las yemas de huevo azucaradas. Continuamos removiendo hasta que la crema adquiera una textura de bechamel.
Por último, agregamos la mantequilla hasta que se disuelva. Dejamos templar la crema e introducimos en el frigorífico hasta el momento de utilizarla.
Calentamos abundante aceite en una sartén y con la ayuda de un cazo vamos vertiendo porciones de masa de las bombas (de una en una o más siempre con precaución de que no se peguen entre ellas). Vamos dando la vuelta a cada uno de nuestros buñuelos con sumo cuidado y los dejamos escurrir sobre papel absorbente.
Hacemos una incisión en las bombas, introduciendo el cuchillo hasta unos 2/3 de cada una de ellas y vamos rellenando unas con crema pastelera y otras con nata montada.
Servimos a temperatura ambiente, espolvoreando con azúcar glass.
Ideales para desayunar y mejores para matar el gusanazo a media mañana.
SINANIMUS MOLESTANDI:
Las bombas clásicas, las de toda la vida, se rellenan con crema pastelera o chantilly, pero les va ideal una mermelada a vuestro gusto e incluso (se me ocurre) merengue o fruta.
La vainilla conservará aroma suficiente para que podáis usarla en futuras preparaciones. Secadla y guardadla en un lugar fresco y seco. O mejor, dentro del azúcar. Así conseguiréis un riquísimo azúcar avainillado.
Hacer azúcar glass, también llamado azúcar impalpable, es muy sencillo: sólo tenéis que molerlo en un molinillo eléctrico hasta obtener una textura de arena fina.
Suele añadirse un pellizco de sal en las recetas dulces para potenciar su sabor.
Y para despedirme contaros que tras probar varias fórmulas de crema pastelera, la mayoría de ellas con más pena que gloria, di con la receta definitiva en javirecetas.com. Magistralmente explicada y detallada paso a paso. Las cantidades que indico son las que él propone divididas entre dos, que para cuatro o cinco bombas resulta más que suficiente.
El chantilly lo compré de bote.