No
es de extrañar que nos llamase la atención esta receta cuando la vimos escrita
en una pizarra a la puerta de un chiringuito de playa en Huelva. Según nos
hemos documentado, la autoría de ésta receta de nombre tan peculiar se atribuye
a la “Casa Pepe de la Rosa ”,
sita asimismo en Huelva.
En
la receta original los chocos se sirven cocidos y cortados en tiras. Nosotros
hemos optado por hacerlos a la plancha. Se toman calentitos acompañados de una
salsa de tomate avinagrada y enriquecida con un majado… pero no adelantemos
acontecimientos y vamos por el delantal.
INGREDIENTES (Para 4 personas):
De la salsa de tomate:
-
½ kilo de tomates maduros
-
2 dientes de ajo
-
1 cebolla hermosa
-
100 ml. de vino de Jerez
-
Picante al gusto (cayena, tabasco…)
-
1 pellizco de azúcar, sal, aceite de oliva y pimienta.
Del majado:
-
1-2 dientes de ajo
-
Perejil picado
-
Aceite de oliva, vinagre y sal
Además:
- 2 “capuchas” de choco (sepia o jibia) ya limpias
- Aceite de oliva
ELABORACIÓN:
Nos
arrancamos con la salsa de tomate, que es lo que más tiempo nos va a ocupar.
Pelamos y cortamos la cebolla y los dientes de ajo y los vamos pochando suavemente junto a un
par de cucharadas de aceite de oliva y un poco de sal. La verdura debe sudar a
fuego muy lento durante aproximadamente una hora, momento en el que añadiremos
los tomates desprovistos de su pedúnculo, pelados y troceados, el vino, el
picante y la pimienta. Dejamos reducir poco a poco el conjunto durante otra
hora más. Corregimos de sal y picante y rectificamos el amargor, si fuese
necesario, con un poco de azúcar.
Retornamos
la salsa al fuego y majamos en el mortero los dientes de ajo con un poco de
sal, perejil y aceite de oliva.
Cuando
obtengamos una pasta la incorporamos a
la salsa de tomate, así como el vinagre. Damos un hervor y reservamos al calor.
Cortamos
cada “capucha” en dos, obteniendo cuatro piezas. A cada una de ellas le
practicaremos por el lado exterior de la misma unos cortes en diagonal sin
llegar hasta el fondo (a mi se me fue un poco el cuchillo, como podéis apreciar
en la foto) de manera que queden unos rombos en la superficie.
Vamos
pasando las piezas por la plancha, muy caliente y con un poco de aceite de
oliva como minuto y medio por cada lado apretando con una espátula y añadiendo
algo más de aceite si lo pidiesen.
Servimos
acompañados de la salsita… ¡Y a disfrutar!
¿Y
SI ME SOBRA?
Sobró
bastante salsa. No tuve que pensar mucho para aprovecharla, ya que cuando la
probé me recordó mucho al mojo picón canario. Tenía un buen puñado de patatas
del tamaño de pelotas de golf en la despensa y, aunque nunca había hecho papas
arrugadas, me animé a la aventura.
Para
cuatro personas necesitaremos la salsa sobrante, unas veinte patatas de tamaño
mencionado –importante-, un buen puñado se sal gruesa y agua para la cocción.
Lavamos
las patatas bajo el chorro del grifo frotándolas con un cepillo.
Las
ponemos a cocer con su piel justo cubiertas de agua con el puñado de sal
durante un cuarto de hora.
Pasado
este tiempo escurrimos las patatas, procurando conservar la sal (podemos
ayudarnos de una tapa).
Retornamos
las patatas con la sal al fuego y las mantenemos unos cinco minutos más,
removiendo con frecuencia para que nos se nos quemen y la sal las vaya secando y
arrugando.
Servimos
las patatas acompañando de la salsita aparte, para que cada uno se la sirva a
su gusto.
SINANIMUS
MOLESTANDI:
Sobre
la manera de cocinar el choco a la plancha os cuento cómo (Tras haber echado a
perder unos cuantos) conseguí un buen resultado dejándolos tiernos y no
“gomosos”.
Hay
quien aboga por ir eliminando el agua que sueltan durante su cocinado. Yo lo
intenté sin éxito: caucho. Puede que ésta técnica sea perfectamente válida y
sencillamente no la ejecuté correctamente. Como es natural hablo desde mi
humilde experiencia.
Al
tercer o cuarto choco echado a perder por fin conseguí que me quedase tierno y
doradito. Poniendo la plancha a toda pastilla no es necesario eliminar
líquidos, ya que se evaporan al momento. Importantes los cortes superficiales,
ir aplastando el choco contra la plancha con una espátula o espumadera e ir
añadiendo aceite si fuese necesario. Y no más de minuto y medio por cada lado.
Si
queréis servirlo en tiras os aconsejo trocearlo después de cocinado.
Otro
dato relevante es no salar el choco (si fuese necesario hacerlo) hasta el
final. Si lo hacemos al principio la sal aceleraría la pérdida de jugo y… goma.
Por
último, y a modo de disculpa anticipada si algún canario o persona
familiarizada con su gastronomía ve la receta de las papas y dice “Vaya patada
le acabas de dar al plato” cualquier corrección será bienvenida. Ya he dicho
que no las había hecho nunca.
Meta encantado la receta. Este tomate tiene que estar delicioso. Y con esas papas un plato estupendo ahhh y te quedaron estupendas.
ResponderEliminarYo el choco lo pongo a fuego fuerte y queda muy bien, estupendas explicaciones como siempre
Bss
Patricia
Muchas gracias por esos consejos, los tendré en cuenta. El choco se ve delicioso y con esas salsita está de pecado y si encima ponemos las patatas mucho más.
ResponderEliminarbesos
Me encanta el choco, estupenda receta y el aprovechamiento de la salsa con las patatas, genial.
ResponderEliminarHe comenzado a seguirte
receta muy rica y encima has aprovechado las sobras
ResponderEliminar¡¡besos'¡¡
hola soy de huelva, te voy a dar un truquillo, yo lo cuezo con agua sin sal
ResponderEliminardespues lo paso a una sarten y lo doro en aceite y despues ya le echo todo los demas ingredientes, gracias por lo de las papas arrugas hoy me sobro y no sabia que hacer, ah prueba a echarle unos guisantes te quedara muy rico