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lunes, 20 de enero de 2014

Patatas a la importancia... Riojana

            Las patatas a la importancia fue el primer plato que me aventuré a elaborar. Obviando, claro, los tan socorridos macarrones con chorizo y tomate que han rescatado de la hambruna a tantos adolescentes que –como yo- se han visto obligados a buscarse la vida lejos del hogar familiar.

            La culpa la tuvo un regalo, un libro: “la cocina monacal de las Hermanas Clarisas”. Quien me lo regaló no era consciente de que era el mejor regalo que podía hacer a un cocinillas en ciernes como yo. Un libro de recetas sencillas, tanto en su elaboración como en sus ingredientes (aunque en sus páginas atesora recetas como “erizo en salsa” de tierra ¿eh? No de mar, que es lo que yo pensé. Puercoespín, vamos. O “lagarto en salsa”).

            Las patatas a la importancia es la primera receta que tropiezas cuando abres el libro. Y llama la atención: Amarillas, rebozadas, jugosas…

            Han pasado más de veinte años y, preparando unas patatas a la riojana recordé aquel bautismo culinario y me dije ¿Porqué no?


        INGREDIENTES (4 personas):

- 900 gr. de patatas
- 180 gr. de chorizo
- 300 gr. de costilla de cerdo
- 3 dientes de ajo
- 2 pimientos verdes
- 1 cebolla hermosa
- 2 huevos
- Harina
- Vino blanco
- 1 hoja de laurel
- Pimentón
- Aceite de oliva y de girasol
- Pimienta negra molida
- Sal

ELABORACIÓN:

            Picamos finamente los dientes de ajo, la cebolla y los pimientos y los vamos pochando a fuego medio con un poco de aceite de oliva, sal y pimienta negra.

            Cortamos el chorizo en porciones regulares de unos cuatro centímetros y lo ponemos a cocer en un cazo cubierto de vino blanco.

            Pelamos, lavamos y secamos las patatas (reservamos 50 gr.). Las cortamos en rodajas de dos centímetros de grosor. Las pasamos primero por harina y luego por huevo batido. Las freímos brevemente en aceite de girasol bien caliente y reservamos sobre papel absorbente.


            Cuando la verdura esté cocinada agregamos las patatas, la costilla, la hoja de laurel y pimentón al gusto. También rallamos los 50 gr. de patata que habíamos reservado y cubrimos con agua Dejamos hacer suavemente durante unos treinta minutos. Añadimos el chorizo cocido, damos un último hervor… y a disfrutar!!!

        SINANIMUS MOLESTANDI:

            No he mencionado nada acerca del picante. En función de lo que os guste podéis hacer cualquiera de estas tres cosas: añadir pimentón picante en lugar de dulce (o mezcla de ambos). Lo mismo digo con el chorizo También podéis poner una cayena seca en el guiso. Eso sí: ¡No olvidéis retirarla antes de servir!

            La función de la patata rallada es engordar la salsa.

            Sé que cociendo el chorizo aparte estoy cometiendo una herejía y el plato pierde parte de su encanto, pero hay que cuidarse ¿Verdad?

La receta en PDF

viernes, 10 de enero de 2014

Croquetas de hamburguesa

            Una de las primeras recetas publicadas en éste blog (que dicho sea de paso el día 19 de éste mes cumple cuatro añitos) fueron las croquetas de pizza. No era una receta nuestra. O mejor dicho, la receta sí pero no la idea, ya que las probamos en el Barrio Húmedo de León y nos limitamos a elaborar nuestra propia versión.

            En éste caso tanto la receta como la idea –creo- son nuestras. Si se puede con una pizza, pensamos, ¿Porque no con una hamburguesa?

            ¡Y funcionó! Cerrad los ojos y dad un bocado. Estáis comiendo una hamburguesa… ¡Pero con la untuosidad de una croqueta! Gustará a pequeños y grandes, a propios y extraños….

            Amantes de las croquetas: me consta que sois legión. No podéis dejar de probarlas.


INGREDIENTES:      

- 50 gr. de carne picada
- 35 gr. de panceta fresca
- 1 diente de ajo
- 4 pepinillos encurtidos
- 30 gr. de queso
- 70 gr. de mantequilla
- 70 gr. de harina
- 150 ml. de caldo de carne
- 370 ml. de leche
- Pimienta negra molida
- 50 gr. de ketchup
- 30 gr. de mostaza
- Pan rallado
- Huevo
- Aceite de oliva
- Sal
- Aceite de girasol para freír
- Lechuga para acompañar

ELABORACIÓN:

            Disponemos en un bol la carne picada y añadimos la panceta y el diente de ajo, ambos previamente picados muy finos. Salpimentamos y reservamos.

            Escurrimos los pepinillos y los picamos junto al queso. Reservamos asimismo.

            Ponemos una sartén a fuego medio y echamos la mantequilla y un chorrito de aceite de oliva. Dejamos derretir.

            Agregamos la harina y dejamos hacer suavemente, removiendo, hasta que ésta pierda su sabor a crudo.

            Ahora vamos añadiendo los líquidos (leche y caldo de carne calientes) sin dejar de remover hasta que todo se integre y consigamos una textura ni muy líquida ni muy espesa. Añadimos el ketchup y la mostaza, corregimos de sal y pimienta, damos unas vueltas más y reservamos al calor.

            Salteamos unos minutos con unas gotas de aceite de oliva la mezcla que habíamos preparado con la carne picada, la panceta y el ajo. Los añadimos a la bechamel tibia junto a los pepinillos y el queso. Mezclamos y extendemos la masa en una fuente amplia. Cubrimos con film transparente, tratando de que éste quede en su totalidad en contacto con la masa y reservamos en el frigorífico.

            Tan sólo nos queda dar forma y freír nuestras croquetas, moldeándolas y pasándolas por pan rallado, huevo batido y de nuevo por pan rallado. Las freímos en abundante aceite de girasol, las escurrimos sobre papel absorbente de cocina y las servimos de inmediato acompañadas de unas hojas de lechuga.

            Y a disfrutar!!


SINANIMUS MOLESTANDI:

            Al hacer la bechamel es importante que los líquidos que vayamos añadiendo estén calientes. Se integraran más rápido y evitará que se nos formen molestos grumos.

            También es importante la temperatura del aceite para freírlas. No debe estar muy alto para que no revienten y es importante que las cubra por completo para que el cocinado sea homogéneo y queden doraditas y apetecibles.

            Y si es posible, servirlas al momento. De otra manera perderían el toque crujiente y con él parte de su gracia.

La receta en PDF