Hace unas semanas, El Futuro Bloguero me habló de una técnica para cocinar patatas que él denomina “cocifritas”. Con ella elabora una estupenda presa ibérica con reducción de vino.
Con dicha técnica cocinan en un bar de la Parte Vieja Donostiarra unas patatas bravas que no tienen nada que ver con las patatas fritas con mahonesa industrial y tomate frito de bote atiborrado de tabasco que tantas veces he devorado por varios rincones de la geografía española (y tan ricamente, oye).
Tras años de pesquisas, una tonelada de patatas devoradas y patas de gallo de tanto sonreír comprendí que no conseguiría la receta ni a base de cosquillas en los pies, así que tiré la toalla y las hice a mi manera. No quedaron igual, pero francamente, no sabría decir cuales están más ricas.
Ahora vivo en un pueblo de la periferia y rara vez frecuento esa casa, pero cuando voy pido mejillones picantes con tomate. Eso si: sigo sonriendo.
INGREDIENTES (4 personas):
- 1 kg . De patatas
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Aceite de girasol abundante (para la fritura y para la mahonesa)
- 1 cucharadas sopera generosa de yogur natural (no azucarado)
- 2 cucharaditas de café de mostaza de Dijon
- 2 alegrías riojanas
- 250 gr. De tomate frito casero
- Sal
- Pelamos y lavamos las patatas. Las cascamos en trozos más bien hermosos y las vamos depositando en una olla con agua y sal. Tapamos la olla y contamos 15 minutos a partir de que rompa el hervor. Tras ese tiempo las escurrimos y dejamos reposar para que su propio calor las seque y no salten en el aceite.
- Hacemos una mahonesa emulsionando el huevo con el aceite de oliva y sal. Añadimos a hilo fino aceite de girasol. Debe de quedar densa. Agregamos el yogur y la mostaza de Dijon y mezclamos el conjunto.
- Ponemos en el fondo de otro vaso batidor las alegrías riojanas y el tomate frito. Trituramos.
Calentamos aceite abundante en una sartén y vamos friendo en él las patatas (con esto terminarán de hacerse y nos quedarán doradas y crujientes). Vamos depositándolas con la ayuda de una espumadera sobre un plato con papel absorbente.
Presentamos colocando en un plato hondo una generosa ración de patatas por persona, napamos con la mahonesa de yogur y decoramos con unos hilos de salsa de alegrías riojanas. Servimos acompañadas de rodajas de pan y una buena cerveza fría.
SINANIMUS MOLESTANDI:
- He probado patatas bravas excepcionales y hasta sorprendentes sobre todo en algunos lugares de Madrid y Barcelona, entre otros. Bajo el nombre de patatas bravas se esconden casi tantas recetas como sitios donde las sirven. Algunas de ellas antagónicas y sorprendentes, muy lejos de esas patatas con tomate, mahonesa y tabasco antes mencionadas. Este solo pretende ser mi granito de arena a ese vasto universo patatil empleando dos ingredientes poco usuales (creo): el yogur y las alegrías riojanas.
- Si a alguien no le gusta el picante o, sencillamente no lo tolera, que lo elimine de la ecuación. Aunque ya no serían bravas ¿verdad?
- Por último, cuidad que la lata de alegrías riojanas no se os caiga al suelo si no queréis demoler el edificio.
Espectaculares, mira que son buenas las bravas y mira que pueden ser un producto pésimo, dependiendo de la calidad en la elaboración. (Al igual que los arroces en paella croquetas o gazpachos, que pueden ser una alegría o un disgusto dependiendo del bar en que los consumas)
ResponderEliminarPero con esas Alegrías, te han quedado bordadas... Por cierto la lata no sé si será explosiva para el edificio pero es preciosa.
A ver si la encuentro.
Futuro, estoy totalmente de acuerdo en todo lo que dices. Esas latas no son difíciles de encontrar, pero cuidado en el transporte, je, je. Un saludo y que tengas un buen finde!
ResponderEliminarQue patatas!!! Que buena pinta tienen. Una intenta probar cosas nuevas y se olvida de las cositas ricas de toda la vida!
ResponderEliminarMe quedo por aqui que me encanta todo lo que estoy viendo. un beso
Anita, las cosas de toda la vida vida no hay que olvidarlas, que son las mejores y las más ricas. Un beso a ti también.
ResponderEliminarMe gusta la comida picante y cansada ya de la comida china decidí investigar si en España se hacía comida picante y fue como hace unas dos he descubierto esta maravilla de las alegrías rioja nas. Si en verdad pican como no es público y notorio esta circunstancia. Debería estudiarse en el colegio. No hay que envidiar a los chinos. Nosotros tenemos las alegrias
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